En el vacío
Me he vuelto a meter en el agujero, dentro de mi ostra, en la que no vivo...para no sentir. Un segundo, otro,...podría seguir hasta los 90..., con la vida prestada, de otro..., de nadie.
Un salto atrás, hasta casí el fondo del agujero, dejando de hacer, de querer, ya no recuerdo cuando me dejé desear algo, querer algo, mirar al futuro, soñar..., En no vivir para que no te duela vivir, no..., no vivir para no tener que soñar, los sueños te llevan a fracasar, a redescubrir tus defectos, esos que no acepto...yo, ese caballero blanco con la armadura llena de mierda y herrumbre.
Aún así no he podido dejar de sentir:
Ella me rompe, siempre ha sido así, armada con su bisturí de realidad...la palabra...jamás ha aguantado mi mejor ostra una de sus frases, una de sus reflexiones...
Pero ahora, despues de la molestia de que te arrebaten la triste ostra donde, pusilánime, me refugio, lo agradezco, yo ya no quiero ser así...no soy así..., quiero llorar, sentir, volver a beberme la vida, como la bebí, con ella, cuando mi armadura refulgía gracias a la luz, fulgurante, de sus ojos...
Noto su distancia, si no fuera por los niños, ni me miraría a la cara...y eso me duele, me arde la boca del estómago...quiere vivir.... y yo tengo que salir del foco, disolverme en las sombras, hacerme invisible para ella. Me duele, ¿amor?, pero también fui su amigo, estuve al otro lado...¡ Te mereces vivir, huye de él...huye de mí!...
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